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TABLA DE ELEMENTOS
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Es la tabla de elementos de Las 4 Leyes de Técnicas Dinámicas Para hablar en Público, Ganar Confianza y Relacionarse con los Demás© que te recuerda todo lo que requieres básicamente para cultivar tus cualidades y aplicar los principios de la oratoria para hacer exposiciones que llenen los requisitos de la eficacia.
Es una especie de patrón, modelo o esquema de la eficacia, de modo que puedes modificar o combinar aquí y allá las cualidades y los principios para disfrutar de exponer en público con una flexibilidad y variedad infinita de temas, maneras y enfoques.
Si descubres, estudias este patrón y lo tienes en cuenta al preparar o improvisar tus disursos, podrás predecir que lo harás bastante bien, por no decir excelentemente.
Aunque por un lado pareciera encasillarte en una serie de exigencias, en realidad no es así. Más bien te ayuda a liberarte de creencias que probablemente adoptaste hace mucho tiempo sin querer, y no hay sensación, emoción ni sentimiento más agradable que la libertad.
Por ejemplo, por alguna razón (que no creo que sea más que un paradigma absurdo) muchos suelen asociar inmediatamente la "oratoria" con el "miedo de hablar en público", en vez de hacerlo con el "placer de exponer en público", y convierten el arte de hablar en un tabú o restricción de su libertad. Suponen que solo pueden enfrentarlo y superarlo unos pocos, que la oratoria no es para todos.
¿Por qué asociar con el miedo algo que puede resultar grandemente gratificante? Si te da miedo montar bicicleta, te perderás toda la diversión de hacerlo. Si te da miedo practicar un deporte, te perderás toda la diversión de hacerlo. Si te da miedo conducir un automóvil, te perderás toda la diversión de hacerlo. Si te da miedo cocinar, te perderás toda la diversión de hacerlo. Si te da miedo hablar bicicleta, te perderás toda la diversión de hacerlo.
Lógicamente, si deseas, además de lo que te propongo en la tabla de arriba, puedes investigar el asunto más a fondo y con más detalle, ampliándola, añadiéndole subniveles y subcategorías a cualquiera de los elementos, ya que los que aparecen en el diagrama solo tienen la connotación de básicos o fundamentales. Todo lo demás que puedas añadir es susceptible de cuadrar perfectamente en la tabla de manera semejante a lo que hizo Mendeléyev con su famosa tabla.
Solo a modo de ilustración, en 1939 Mendeléyev predijo que el último elemento de su tabla sería el Eka-cesio. Y cuando finalmente el Eka-cesio fue descubierto, lo denominaron Francio. Pero resultó no ser el último, porque en 1940 el Plutonio fue producido sintéticamente, y en 1971 identificaron cantidades ínfimas de origen natural. Hoy el Plutonio aparece en la Tabla como Pu, el elemento número 94. ¡Y siguieron descubriendo más en el orden preciso que había predicho Mendeléyev! Se dice que los elementos más allá del número 104 son superpesados, pero al tiempo de escribir este artículo no se han encontrado en la naturaleza. Solo se han podido producir con aceleración de haces de núcleos. ¡Pero allí están!
De manera semejante, ¿cuánto podrías subdividir el tema mente o corazón? ¿Verdad que es vasto. ¿O cuánto se puede decir acerca de la modulación de la voz o de la pronunciación y el idioma, o de los gestos y ademanes, de los tipos de bosquejo o de las muchas maneras de armar, introducir o concluir un discurso? ¡Es mucho pan para rebanar!
Por definición, un elemento es "una parte de un todo". Por eso cada detalle de la tabla de arriba corresponde a un aspecto de la oratoria, que, aplicado con equilibrio y en armonía con todos sus demás componentes, resulta en orientar al orador en su emprendimiento por desarrollar una expresión tanto convincente como persuasiva, impactante, conmovedora y entretenida, lo que da lugar a Las 4 Leyes de Técnicas Dinámicas Para Hablar en Público©.
Sin embargo, dichos elementos orbitan dos principios básicos: 1) Informar con claridad y substancia para ayudar al entendimiento, que corresponden a la sección mente, y 2) motivar para persuadir y mover a acción, que corresponden a la sección corazón.
Por mente nos referimos al aspecto intelectual del discurso. Por decirlo así, al lado frío o técnico de la presentación, que tiene que ver con el contenido, o sea, lo que dices: definiciones, significados, fórmulas y otros recursos que serías capaz de idear para ayudar al oyente a razonar y entender claramente tu mensaje.
Lógicamente, si deseas, además de lo que te propongo en la tabla de arriba, puedes investigar el asunto más a fondo y con más detalle, ampliándola, añadiéndole subniveles y subcategorías a cualquiera de los elementos, ya que los que aparecen en el diagrama solo tienen la connotación de básicos o fundamentales. Todo lo demás que puedas añadir es susceptible de cuadrar perfectamente en la tabla de manera semejante a lo que hizo Mendeléyev con su famosa tabla.
Solo a modo de ilustración, en 1939 Mendeléyev predijo que el último elemento de su tabla sería el Eka-cesio. Y cuando finalmente el Eka-cesio fue descubierto, lo denominaron Francio. Pero resultó no ser el último, porque en 1940 el Plutonio fue producido sintéticamente, y en 1971 identificaron cantidades ínfimas de origen natural. Hoy el Plutonio aparece en la Tabla como Pu, el elemento número 94. ¡Y siguieron descubriendo más en el orden preciso que había predicho Mendeléyev! Se dice que los elementos más allá del número 104 son superpesados, pero al tiempo de escribir este artículo no se han encontrado en la naturaleza. Solo se han podido producir con aceleración de haces de núcleos. ¡Pero allí están!
De manera semejante, ¿cuánto podrías subdividir el tema mente o corazón? ¿Verdad que es vasto. ¿O cuánto se puede decir acerca de la modulación de la voz o de la pronunciación y el idioma, o de los gestos y ademanes, de los tipos de bosquejo o de las muchas maneras de armar, introducir o concluir un discurso? ¡Es mucho pan para rebanar!
Por definición, un elemento es "una parte de un todo". Por eso cada detalle de la tabla de arriba corresponde a un aspecto de la oratoria, que, aplicado con equilibrio y en armonía con todos sus demás componentes, resulta en orientar al orador en su emprendimiento por desarrollar una expresión tanto convincente como persuasiva, impactante, conmovedora y entretenida, lo que da lugar a Las 4 Leyes de Técnicas Dinámicas Para Hablar en Público©.
Sin embargo, dichos elementos orbitan dos principios básicos: 1) Informar con claridad y substancia para ayudar al entendimiento, que corresponden a la sección mente, y 2) motivar para persuadir y mover a acción, que corresponden a la sección corazón.
Por mente nos referimos al aspecto intelectual del discurso. Por decirlo así, al lado frío o técnico de la presentación, que tiene que ver con el contenido, o sea, lo que dices: definiciones, significados, fórmulas y otros recursos que serías capaz de idear para ayudar al oyente a razonar y entender claramente tu mensaje.
Y por corazón nos referimos al aspecto emocional o emotivo del discurso. Por decirlo así, al lado sensible y cálido de la presentación, a tu manera de decirlo: todo lo que tiene que ver con las emociones, sentimientos, sensaciones, beneficios, incentivos, lo que moverá al oyente a reflexionar profundamente, reaccionar y actuar, aquello que genera, impulsa, promueve, sostiene, recupera, salva y/o reactiva las relaciones humanas, sociales y públicas.
No hay orador que no pueda ser evaluado teniendo en cuenta esta tabla, porque en ella están plasmados todos los elementos básicos de la expresividad hablada, escrita o por señas. Si te dedicas -o quieres dedicarte- al asesoramiento, coaching o enseñanza de la oratoria, en el índex del blog hallarás el link "Cómo evaluar un discurso", que ayuda a ver diferentes maneras de crear tus propias tablas de evaluación con base en preguntas especificas, diseñadas para reflexionar en tus enfoques y no excederte innecesariamente en un sentido crítico.
Por ejemplo, si te piden servir como asesor o coach de Técnicas Dinámicas de un empresario o ejecutivo, o de un presentador de noticias, de un reportero o presentador de televisión, puedes visitar a esa persona y sentarte con ella en la privacidad de su hogar u oficina (o conectarte por teleconferencia en tu canal privado) y repasar un vídeo de una o más de sus presentaciones a fin de impartirle sugerencias específicas basadas en las preguntas (que se basan en la tabla) y ayudarla a superar su mejor marca, es decir, a incrementar su eficiencia e inteligencia en oratoria y enseñarle a autoevaluarse.