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"¡CUIDA TU IMAGEN!"
Es una orden que debes decirle al espejo. Esta voz indica vestir y arreglarse reflejando orden y limpieza de pies a cabeza para proyectar una imagen competente e inspirar respeto, madurez y sensatez.
Por definición, una imagen no es la realidad, sino un retrato, una copia o imitación mental de algo. De ahí las palabras "imaginar" e "imaginación".
Uno imagina lo que ve en un espejo. Aunque lo vemos, no es real, sino solo un reflejo. Pero lo aceptamos mentalmente. Entonces podemos peinarnos, acicalarnos y formarnos un concepto de cómo nos verán los demás.
Por la misma razón, cuidamos nuestra imagen cuando nos esforzamos por mostrarnos bien arreglados, según los cánones de la sociedad o comunidad en la que nos desenvolvemos. Si vistiéramos o nos acicaláramos de una manera que escapara a lo que los demás esperarían, estaríamos distrayendo la atención del mensaje que queremos comunicar con nuestro discurso. Los oyentes están más pendientes de la imagen que proyectamos que de la información que presentamos.
Por ejemplo, se sugiere que un relator de noticias sea un ejemplo de seriedad, madurez y equilibrio en todo sentido a fin de no distraer la atención hacia su persona ni poner entre dicho la confiabilidad de su palabra. Su ropa, maquillaje, accesorios y actitudes deben reflejar la decencia y recato que su ocupación le exige. Basta mirar los noticieros más ejemplares del mundo para reconocer que los que los representan visten y se comportan con el aplomo que exige su actividad.
Si exageraran en el vestir y en sus actitudes, podrían poner en peligro la credibilidad y el éxito del marketing, lo que fomentaría una pérdida económica para el medio de comunicación.
Por eso, cuida tu imagen procurando ser ejemplar en el vestir y comportarte.
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